ALUMNOS DE 4º DE ED. PRIMARIA DE LA UCAM. MODALIDAD SEMIPRESENCIAL CURSO 2013-14

miércoles, 15 de enero de 2014

Elena Gómez Alonso - Tema 6

Tema 6. La conquista del concepto de la forma.

El tema 6 se corresponde con un artículo titulado “La conquista de un concepto de la forma” en el que se estudia el desarrollo de la fase esquemática de la representación plástica en niños de entre 7 y 9 años. El artículo forma parte de la obra Desarrollo de la capacidad intelectual y creativa de Viktor Lowenfeld y W. Brittain.

La fase esquemática es crucial en el desarrollo de la capacidad intelectual y creativa de los niños. Normalmente, el niño llega a la representación de un esquema cuando ha desarrollado un símbolo que le es familiar, tras mucha experimentación, y que representa a algo concreto. Hacia los 7 años la mayoría de los niños ya han creado esquemas para identificar y representar elementos de su entorno. El esquema de un objeto puede estar determinado por la forma en que un niño ve algo, por la significación emocional que le vincula a ello, por las experiencias cenestéticas que le produce, por sus impresiones táctiles o, finalmente, por como funciona o se comporta el objeto. La creación de símbolos esquemáticos es producto de un proceso mental realizado por el niño; la representación gráfica en el papel es el símbolo de esa imagen mental.

Las características de los dibujos esquemáticos realizados por niños entre 7 y 9 años, de acuerdo con el autor del artículo son:
  1. El esquema humano. El niño suele representar la cabeza, el tronco, los brazos y las piernas. Se incluyen detalles como la diferenciación de símbolos para ojos, nariz y boca, pelo y ocasionalmente, cuello. El niño suele incluir esquemas diferenciados para las manos, dedos y pies. Es habitual que se dibuje la ropa en lugar del tronco. Los niños suelen representar las partes del cuerpo de manera simétrica, empleando la perspectiva más fácilmente reconocible y empleando formas geométricas fácilmente reconocibles.
  2. El esquema espacial. El niño comienza a relacionar los diferentes elementos que conforman el espacio dibujando una línea básica en la parte inferior de las figuras que implica la existencia de una relación espacial común entre ellos. La línea básica es un recurso plástico universal que forma parte del desarrollo intelectual y creativo del niño. Generalmente, los niños identifican la línea básica con el suelo. Cuando un niño dibuja o pinta un paisaje, la línea básica puede usarse para simbolizar la base sobre la cual reposan los objetos, pero en otros casos, también equivale la superficie del paisaje, como por ejemplo, una montaña. Como consecuencia de todo ello, debemos subrayar la manera activa co la que los niños se relacionan con el medio.
  3. Otros medios de representación espacial. Aunque normalmente la línea básica representa el espacio en dibujos y pinturas durante la fase esquemática, en ocasiones el niño se separa de este esquema usando otros. Por ejemplo, recurriendo al plegado, una nueva visión de la representación que se usa para dibujar objetos que son percibidos al revés en la realidad como consecuencia, por ejemplo, de estar reflejados en otro cuerpo (como el agua). En otros casos, los niños usarán la línea básica para delimitar una forma en torno a la cual se distribuyen los personajes de la escena, por ejemplo, para representar una familia comiendo alrededor de una mesa. En este tipo de medios de representación espacial, el niño recurre a una diversidad de puntos de vista en el mismo dibujo, con mezcla de planos y de alzados.
  4. Las representaciones en rayos X. Los niños pueden describir de forma simultánea tanto el exterior como el interior de un edificio o recinto durante su fase esquemática. Generalmente la mayor cantidad de información se concentra en el interior, tratando el exterior a modo de pantalla transparente.


En el desarrollo de la fase esquemática, los niños llevan a cabo representaciones que combinan tanto el tiempo como el espacio. Este tipo de creaciones incluyen en un mismo dibujo secuencias temporales diferentes y también impresiones espaciales distintas. Una de las finalidades primordiales de la representación espacio-temporal es desarrollar la narración, contar historias en las que aparecen representados varios episodios distintos. Las variaciones que los niños introducen en sus dibujos espacio-temporales tienen una gran cantidad de significado. Generalmente se introducen tres formas principales de variación: exageración de las partes importantes, descuido u omisión de las partes que no son relevantes o están ocultas y el cambio de símbolos empleados en las partes más importantes. Los niños no son conscientes de las exageraciones que cometen en la representación, sino que para ellos forman parte de la realidad fielmente.

En la fase esquemática, el niño descubre de forma espontánea la relación que existe entre el color y los objetos. No se trata de una elección que se produzca como consecuencia del azar o de la voluntad propia, sino que se trata de un proceso de relación natural. Sin embargo, los niños tienden a emplear colores específicos para representar objetos concretos en base a experiencias personales. Por ejemplo, el uso del color rojo para representar los coches si el niño ha mantenido una primera relación significativa con el objeto basada en el rojo.



Los dibujos que los niños realizan en la escuela primaria son un reflejo de la esencia de los alumnos. El empleo de esquemas determinados en las creaciones infantiles puede proporcionar al adulto ideas muy relevantes sobre el desarrollo personal del niño. La fase esquemática en general denota una mayor comprensión de las relaciones existentes entre los objetos representados en un dibujo, al mismo tiempo que coincide con una etapa de mayor socialización de los niños en tareas de carácter cooperativo. El uso de la línea básica y de una mayor coherencia entre los objetos, conduce a que el niño pueda observar un cierto esquema de lectura coherente en sus dibujos, desarrollándose de manera importante, el carácter narrativo y la capacidad lectora. Por otra parte, en esta época se estimulan los hábitos de discriminación visual, de reconocimiento de formas geométricas diferenciadas en un dibujo.

Los dibujos esquemáticos son, por tanto, un reflejo del desarrollo del alumno. Una de las indicaciones más evidentes del desarrollo intelectual del niño es su capacidad de percepción del mundo que le rodea, una destreza cuyo estímulo se hace evidente durante la fase esquemática. El niño plasmará el concepto del mundo que le rodea en sus dibujos, ya que la creación plástica en estas edades carece de cualquier pretensión artística y es exclusivamente un medio de expresión individual del niño. La representación esquemática ofrece información muy interesante sobre problemas o lesiones emocionales que los niños puedan estar sufriendo durante su infancia. El arte facilitará la liberación de emociones al mismo tiempo que ofrecerá al niño la oportunidad de usar esas emociones de manera constructiva.

Finalmente, el artículo proporciona una serie de recomendaciones sobre cómo trabajar la fase esquemática en el aula de Primaria. Para desarrollar la motivación artística en estas edades el docente debe huir de la creación de símbolos rígidos, con el fin de que los alumnos relacionen el nosotros (yo y alguna otra persona), la acción (lo que estamos haciendo) y dónde (descripción real del lugar, sin trabajar la profundidad o la distancia). Los temas de las creaciones deben ser cercanos a los alumnos y basarse en experiencias escolares, familiares, lúdicas o que consideren al área privada del niño (sueños, miedos, alegrías…) que permitan un trabajo variado y rico del color como medio de expresión. En cuanto al uso del material artístico, el docente debe tener en cuenta tres consideraciones fundamentales: las pautas excesivas aportadas al niño sobre el uso correcto de un material pueden conllevar una coacción de su creatividad; todos los materiales empleados deben hacer su propia aportación específica; el profesor no debe abrumar a los niños proporcionándoles un exceso de materiales. Se recomienda, con carácter general, el uso de la arcilla, el empleo de formatos de papel más grandes y se rechaza la acuarela.


Este artículo conlleva la puesta en práctica de múltiples propuestas en el aula. La creación de dibujos que simultaneen la representación personal y la de otra persona cercana, realizando una acción en varias fases y en un lugar concreto, son ideales para esta etapa. Temas como “Vamos de excursión”, “Jugando en el parque con mis amigos”, “Estamos jugando al fútbol” o “¿Qué me da mucho miedo?” podrían ser temas a tratar con lápices de color o ceras en papel. Estos dibujos darán una muestra del desarrollo personal, intelectual y creativo del niño.